DESDE AQUÍ...

poetas malditos, bohemios, hijos de las tinieblas
¡callad! me salpican vuestras babas al hablar
hasta los crisantemos saben más del infierno que vosotros...
que bien acariciais el arpa... también yo sé tocarla
y bajé al averno alguna que otra vez
que bien emborrachais la tierra solitaria, esa,
sedienta de agua que abone su ser...
¡carecéis de imaginación!
siempre arrastrados por vuestro horizonte de sucesos
y ese campo baldío, alfombra en la antesala del infierno
sembrado de las cerdas de todas las arpas del universo...
¡tocad más bajo!
poetas malditos, bohemios, hijos de las tinieblas
salid a la intemperie, donde acontece la vida (la muerte)
y contemplad los campos...
miradlos yermos, tendidos bajo un infernal sol
aguardan otras músicas, otras manos, otro sudor más digno
tienen derecho a la esperanza
observadlos bien, no os ceguéis, ahora... ya!
su tierra será vuestro sepulcro
y por encima saludarán los árboles al viento
cuando vosotrosólo seais historia...
por eso ahora, aquí, rompo mi arpa y me callo...